Nepalies en su salsa

El pueblo Nepali nos tiene asombrado, su buen talante, su amabilidad, su saber aceptar las cosas como vienen y como son, es realmente increible. Durante este viaje por las montanas hemos ido cruzando distintos poblados, a medida que subiamos iban cambiando las tribus, las gentes, la forma de cocinar, aunque el talante siempre el mismo.

La gente vive con lo minimo, pero son felices, las familias son clanes, hijos, padres, madres, abuelos, nietos, conviven en una misma casa, el turismo es una de sus principales fuentes de ingreso junto a la agricultura.

Los nepalies a pesar de ser pequenos tienen una resistencia fisica que es dificil de explicar, si no lo ves no lo crees, como lo cargan todo, no hay carreteras asi que todo llega a espaldas de los nepalies, bueno tambien de algun que otro burro, desde las cervezas que venden al turista sediento hasta los cristales con los que construyen las casas.

Hay muchos turistas que contratan los servicios de un porteador, que les carga la mochila durante el trekking, nosotros lo pensamos pero al final como unos valientes decidimos ser nuestros propios porteadores, aunque mas de una vez nos arrepentimos.

Los ninos son otro mundo, siempre riendo, descalzos, sucios, moqueando todo el dia, pero contentos, viven sin nada, tenemos tanto que aprender.